EN OTRO LUGAR
Dejar este mundo que siempre fue prestado;
y carente de equipaje material e invisibles
continuamos el camino.
La idea de este cuadro me llegó en enero del dos mil dieciocho, y no lo realicé hasta julio del dos mil veintiuno.
Para las nubes emplee masilla, que les proporcioné un aspecto esponjoso,
cuando después de pintadas, las lijé con un estropajo.
¿Qué quiero contar?
El día que partimos al más allá, nos vamos acompañados por todo aquello que hemos compartimos, con todo lo que nos hizo disfrutar y aprender con cada paso que dimos.
No importa si fueron mejores o peores momentos, pues todos son necesarios para enriquecer y fomentar nuestra evolución.
Se relaciona la partida con algo triste, quizás porque ya no se podrá abrazar a los que parten, pero aun así y como acostumbro a decir, hay que pensar en positivo, centrándonos en esos momento que se tuvo la suerte de compartir.
Tenemos derecho a llorar y patalear para expresar nuestra disconformidad con los sucesos, pero no es necesario darle más protagonismo del necesario, pues la vida continua y no es saludable inundarse de melancolía.
Hay que dejar que fluya la armonía de los colores, por ello mi deseo es, que todo el que quiera venir a despedirse de mi, el día que me toque partir al otro lado, será bonito que venga con un globo, para después dejarlo ir cargado de alegría, porque seguro que estaré mirando.