Aquí va la tercera entrega para responder a las preguntas de mis seguidor@s.
Numeraría tres: Ira, Caos, Emponderación.
Cada uno de ellos generaron un coctel de emociones.
Me encanta trabajar con la masilla,
pues me da la opción de crear muchas texturas y efectos,
que me resultan hechizantes.
Simplemente me dejo fluir, aceptando cada una de las sensaciones que me abordan,
sin juzgarlas y escuchando que me quieren transmitir.
Acostumbro, siempre que me sea posible, pintar por la mañana,
para aprovechar la luz natural, pues los colores se distinguen mejor.
No, para nada, pues durante su elaboración solo hay partes de la trama y
no es hasta su final, que la historia alcanza su apoteosis, al cobrar vida.
En esos momentos, mi mente lucubra y visualiza la trama, nudo y desenlace,
y penetro en otra dimensión, paralela a mi realidad.
Las ganas de exteriorizar a la par que transmitir mis vivencias.
Más bien, he tenido épocas de bloqueos emocionales,
que ocasionaban encarcelamiento a mis ideas.
En cuanto me centro y me enfoco en mi proyecto,
dejando de escuchar a mi ego (el otro yo), la inspiración me envuelve a raudales.
Rotundamente... ¡¡SI!!