DESASOSIEGO
Voz incansable e hiperactiva,
nunca satisfecha con los resultados,
que puede almacenar infinita información
con la que crea argumentos futuristas.
Este cuadro lo realicé en marzo del dos mil veintiuno.
Ese incansable orador, que es nuestro cerebro
sin piedad nos sumerge, en muchas más ocasiones de las deseadas, en un laberinto de ofuscación dirigiéndonos de un plumazo a la desesperación ...
resultando complicado y la par que arduo
volver a hacer que las piezas casen, como deberían.
Centrarte en la respiración
te devuelve al camino de la armonía
