2 ...Viñedos

 

Viñedos

El reloj de arena da paso al tiempo y con ello, 
al nacimiento de nuevos brotes y nuevos racimos. 
Con el azul del día y con el gris de la noche, 
se van sucediendo los años, 
otorgando protagonismo, a su tronco retorcido.  

                                                       

Segundo cuadro que pinté, después de que entrará la pintura en mi vida, a raíz de haber pintado el que regale a mi sobrina (que explico en la entrada de porque pinto). 

Ahora hablemos de cómo surgió VIÑEDOS ... era mayo del dos mil dieciséis 


La inspiración me apareció durante la visita a unas viñas, al hundir mis pies en la tierra, mi mente se evadió.  
Una quietud unida a mi respiración sosegada,  me envolvió de una armonía con olor a libertad. Esta sensación llenó mis pulmones de aire puro y pude percibir a través del sonido del aire como sus troncos más añejos me contaban su historia.  

No siempre les resulta fácil ni afortunado parir los nuevos brotes. Aun ofreciendo una imagen cansada, de su interior brota juventud y alegría.                                            Inmóviles intentan pasar desapercibidos, pero la majestuosidad y la elegancia de sus formas se lo hacen complicado.                                                                                  Las ramas se entrelazan bien organizadas para resistir a las inclemencias y de esa hermandad surge la recompensa, los racimos.   

 Durante un mes, estuve pintando el argumento...

     Esta era su apariencia en su primera fase de ejecución, todo pintado con lápices de colores. No fue hasta tres años después, en junio del dos mil diecinueve, que al sentirme más segura con la pintura, trabajé en el durante tres días para dotarlo de más vida.






                   
Un reloj de arena, con el día y la noche; representando el paso del tiempo. 
Está pintado en una hoja de dibujo que después pegue al lienzo ovalado para seguir pintando.


Ya os he presentado mi segundo cuadro, por cierto, además fue mi primer cuadro vendido.