Fue mi cuarto cuadro. La primera fase la empecé a realizar en septiembre del dos mil dieciséis y la finalicé en abril del año siguiente.

Pasaron dos años, junio del dos mil diecinueve, hasta que me dedique a su ampliación, dándola por finalizada 12 días más tarde.
¿Qué fue lo que me impulsó a pintar este cuadro?
Un surtido variado de emociones va adueñándose del cuerpo sin un orden concreto. Ante tu perplejidad, la rabia se hace eco con cualquier nimiedad.
No importa la estación del año, porque siempre tendrás arranques extremos de calor. Un ardor sale de tu interior encharcándote en sudor y tal como vino se irá, sin avisar y sin ningún tipo de explicación, dejándote cao y si cabe, aún más irritada.
No te vayas a confiar porque aunque sean horas nocturnas, no te piensa dar tregua, hará que duermas poco, para que seas más consciente de que esta instalado cómodamente en tu interior, exacto, un alíen se ha adueñado de ti!!... y el control de los mandos los lleva él y se regodea, lo que te genera rabia, lo cual te agota y te hace sentir tristeza.
Tenía que buscar como contraatacar, como minimizar los síntomas menopaúsicos; encontrar la manera de que los mandos de control volvieran a mis manos: